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No eliminar por completo los hábitos de ocio llevados a cabo durante las vacaciones es uno de los consejos de los expertos para evitar padecer el síndrome postvacacional.

M. Romera
Este transtorno adaptativo, no considerado una enfermedad, genera un estado depresivo en los pacientes que les incapacita para ejercer las responsabilidades de su puesto de trabajo adecuadamente. Faltas de atención, malestar o desgana suelen ser los síntomas más destacados aunque, según el psicólogo del Hospital Santa Maria de Lleida, Joan Marc Dolcet, varian según la personalidad de cada persona.

Dolcet recomienda continuar con aquellos alicientes que permiten desconectar de la rutina laboral. Ir a tomar un refresco, hacer alguna actividad o deporte pueden evadir la mente del estrés del trabajo y aliviar, en la medida de lo posible, la depresión de volver a trabajar. La duración de la vacaciones también influencia en el momento de sufrir, o no, el síndrome postvacacional.  No es lo mismo estar un mes sin aparacer por el trabajo, que estar sólo 15 días”, apunta Dolcet.  Otro de los aspectos que pueden ayudar a hacer más llevadera la vuelta a la rutina es la de tener unos días de concienciación, es decir, no volver de viaje hoy y acudir al trabajo mañana.

Lo más recomendable es estar unos días antes en casa y por la ciudad en donde resides para adaptarte de nuevo a los hábitos normales de tu día a día.

No hay distinción entre hombres y mujeres, aunque sí que suele diagnosticarse este síndrome a personas menores de 45 años. Dolcet afirma que la persona afectada no tendría que tener más síntomas que los ya nombrados, de no ser así, el psicólogo recomienda analizar qué problemas tiene realmente el paciente.
 

Referente a las profesiones más susceptibles de ocasionar este tipo de depresión estacional son aquellas que infundan mucha presión sobre el trabajador. Evidentemente, cuanto mayor es tu responsabilidad en una empresa, mayor es el estrés que te provoca. Saber que al llegar tendrás más faena que al marchar, es otro de los aspectos que pueden generar cierta angustia.  Dolcet destaca la novedad de este síndrome. “Antes no pasaba porque el estrés en el que vivimos hoy en día no es el de antes”, apunta el psicólogo.  Los expertos analizan este transtorno más como una anécdota que como una preocupación médica.
Con el paso de los días las vacaciones pasan a un segundo plano y todo vuelve a la normalidad.

La Manyana, 5 setembre de 2013